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Recomendaciones

Personajes masculinos y tercer capitulo El destino de la Diosa

19/12/13


Kyle







Logan






Marcos






Johann



Buenos días!!!

Estos cuatro chicos que llenan la entrada de hoy son los escogidos como los personajes de la historia.
Y quería presentarlos que ya iba siendo horita *risas*
Así que ya podéis leer el tercer capitulo de El destino de la Diosa, poniendo cara a los chicos.

Para la próxima os presentaré a las chicas
Nos leemos!!
Andariel Morrigan



Segundo capitulo de El destino de la Diosa

18/12/13





Buenaas!! Ya queda menos para navidad! ho-ho-ho! 

Ya puedes leer el segundo capitulo de El destino de la Diosa desde wattpad
Felices fiestas y buenas vacaciones!
Andariel Morrigan

Primer capitulo El destino de la Diosa





Hey!!! Como están? Espero que bien! 
Os dejo el primer capitulo de El destino de la Diosa! Espero que os guste!
Si no tienen wattpad, pueden leerlo en este y comentar en esta entrada qué os ha parecido!

Gracias por leer!
Nos leemos :)
Andariel Morrigan

Prólogo de El destino de la Diosa

16/12/13

Hola!

Acabo de terminar de escribir el prólogo de El destino de la Diosa. 
Puedes leerlo aquí en mi Wattpad



Espero que os guste ^_^


Para Enero nueva Historia

14/12/13

Hooolaaa!!
Estas navidades tengo pensado terminar Eternamente prohibido y comenzar con una historia nueva que ya estoy pensando, se llama El destino de la Diosa os dejo el resumen de la historia. 



" Wendy Longbourn, es una chica de 20 años, con dones sobrenaturales recién descubiertos, por lo que se pone a investigar sobre ellos. 

Kyle Lightman, es un chico de 28 años, sus dones hace ocho años fueron activados y ya es todo un experto en controlar el fuego y el viento. 

Cuando los destinos se entrecruzan, los dos descubrirán más de ellos mismos de lo que podrían haber pensado en un momento."


Por lo que estas fiestas no estaré. Tengo pensado subirla en mi cuenta nueva de wattpad cuando pueda ir a la biblioteca. 
Así que Felices fiestas a todos y buen año nuevo.
Nos vemos después de reyes.
Andariel Morrigan

Tutorial II Concurso de relatos eróticos

12/12/13

Hooolaaa!!!
Hoy me han publicado en la web http://ayquegusto.com el relato corto que envié el lunes llamado "un viaje sin retorno" 



haz click aquí para ver el relato

Podéis compartirlo desde facebook o twitter desde el mismo relato 





Hay tiempo para compartir hasta el 28 de febrero!! 
El relato ganador se publicará en el blog "Eros" del Periódico El Pais. 
Y ya van 105 veces compartido!! Espero que os guste mi relato.
Besos a todos!
Andariel Morrigan

Sobre Eternamente prohibido y un ángel en navidad

11/12/13

Hola a quien esté leyendo esto! 
Escribí primero un ángel en navidad y los capítulos los fui subiendo en un grupo de facebook. 
Fueron pocos los capítulos de la historia, pero una de las lectoras, dijo que esa historia podía dar para una más larga. En un principio sólo tenía pensado dejarla con ese final, quedar como una historia corta, o relato corto. Pero al final decidí comenzar la historia de los dos ángeles desde un principio, de ahí nació Eternamente prohibido. Tenía escritos hasta el nueve, pero luego al llegar al final de este decidí incluir dentro de "Eternamente" la historia de un ángel en navidad, por lo que los capítulos aumentan hasta el 15. 

La verdad es que no se si seguir subiendo aquí la historia, quiero ponerla a la venta en amazon a un precio... "low cost" Sería auto-publicación, pero si la cosa no funciona tendré que resignarme a seguir poniéndolos aquí. Por eso un ángel de navidad ya no está en el blog, quiero ver como termina este experimento de terminar "el libro" y ponerlo a la venta en amazon. 

Eso sí, seguiré subiendo relatos cortos que pueda llegar a escribir. 
Saludos y gracias por leer! 
Andariel Morrigan

03 Eternamente prohibido

10/12/13




Capitulo 5.


Después de aquel devastador orgasmo que tuvieron los dos juntos se quedaron dormidos, bajo el hechizo protector y secreto que había lanzado Semyazza sobre la cabaña por eso no había querido que ella saliera. Porque mientras se recuperaba había visto crecer el miedo dentro de ella, ya no podía negarse mas el hecho de que ella también le amaba, que le amó en secreto cuando los dos estaban en el cielo, pero se había dejado llevar por la zorra sucubo de Naamah y de la lujuria y había sido castigado por ello, junto con su hermana Azazel, se preguntaba qué había sido de ella, los dos se salvaron de Raguel.

# En el pasado, millones de años atrás, en el cielo #
Estaba en el salón de la casita de Azazel, paseándome arriba y abajo de esta indeciso en si decirle a ella lo que sentía por uno de nuestros hermanos, tenia miedo de su reacción pero Azazel me entendía eramos hermanos pero los dos estábamos bien unidos por nuestro trabajo, somos los Grigori, estábamos atados por eso tenia que entender que Lorael últimamente llenaba mi mente.

Siempre que paseaba con Azazel y nos cruzábamos con Lorael, él sonreía con cierta timidez mirándome, pero luego dejaba de sonreír y apartaba la mirada rápidamente. Cuando siempre pasaba lo mismo intuí que sentía algo por mi y que no quería ser pillado y castigado.

Pocas veces se acercaba a nosotros con curiosidad para observar mas allá de todas las nubes. Al principio se quedaba a mi lado, pero al poco rato iba hacia el lado de Azazel con miedo de ser descubierto. Ninguno de los tres decía nada, era como si a Azazel no le importara, no le molestaba su presencia porque siempre estaba sin decir nada y sabia que eso a ella le gustaba. Su silencio y su presencia siempre eran bien recibidos.

Pronto comencé a sentirme atraído por él y su luz, su tímida mirada y sonrisa y el miedo a ser descubierto por amar a otro ángel y sentir cosas por él que estaban prohibidas.
Así que allí estaba yo, dando vueltas, después de mucho tiempo, amando en secreto a otro hermano, intentando que no se me notara el miedo pero si su nerviosismo, pensaba que eso era mejor.

- Hermano, deja de dar vueltas, me estas mareando - se quejó ella sentada en el sofá - Vas a decirme qué ocurre o te lo tengo que sacar a golpes? - me giré hacia ella que tenia una ceja alzada y los brazos cruzados.

Negué con la cabeza y me senté a su lado suspirando y cerrando los ojos sin decir palabra. Me acurruqué a su lado cerrando los ojos y notando que comenzaba a acariciar mi cabello dorado.

- Sé lo que te hace sufrir pero tienes que ser fuerte, sabes lo que pasará así que no te voy a repetir lo que ya sabes.- ella suspiro y me dejo un beso en la frente. - simplemente espera.


# En el presente, de regreso a la cabaña #

Después de un tiempo cambió y se llevo a la caída a dos cientos ángeles, con ellos su hermana Azazel, ignoro a Lorael para no hacerle mas daño y fueron castigados.
Semyazza se despertó de madrugada, salió del camastro y se asomó por la ventana mirando las estrellas. Sentía una leve presencia al otro lado, no quería que los encontraran así que tenían que moverse pronto hacia otro lugar. Se irían en cuanto estuviera seguro que podían moverse, no necesitaban de comida así que no tendrían mas problemas de lo debido. 







Capitulo 6.


Cuando Lorael se despertó pasadas unas horas, Semyazza le dijo que tenían que irse de la cabaña hacia otro lugar si no querían que los encontraran tan pronto. Ella estuvo de acuerdo salieron cerca del alba cuando notaron que la presencia se había alejado bien.

Semyazza pensaba que tal vez la buscaban a ella, Azazel no podía ser porque conocía bien su presencia, quería ir a buscarla pero no quería dejar ir a Lorael ahora que podían disfrutar juntos, pero a la vez la estaba poniendo en demasiado peligro.

Caminaron dirección Este, alejándose lo mas posible del mar y del cráter que habían formado ya que ella le había dicho que también se había "dejado caer" y que también formó un buen agujero. Iban tomados de la mano sin decir nada, no tenían que hacerlo, estaban pendientes de los ruidos que habían para que no los encontraran con la guardia baja, pero de momento no encontraron nada.

A media tarde se encontraron con un poblado, cambiaron sus ropajes y entraron en él para pasar desapercibidos, aunque eran extranjeros pocos se fijaron en ellos. Buscaron una cabaña vacía de gente y se quedaron en una que parecía vieja y que no la habitaba nadie del poblado.
Intentarían pasar unos días allí y luego volverían a moverse.


# Roma. Muchos años mas tarde  #

- Vamos Marco! Te pesa el culo - dijo entre risas corriendo por la calle soleada, niños se unieron a ella riéndose divertidos.
Marco rió entre dientes negando con la cabeza, había tenido suerte y no lo habían ido a buscar para unirse al ejercito romano. Era un buen profesor de latín con su ayudante con los niños, esa era su Lorabella.

Habían viajado por todo Italia, siendo los mejores profesores, ayudaban a todo tipo de niños, a los que tenían dinero y a los que no. Nadie les prestaba mucha atención a su aspecto, nadie preguntaba porque no envejecían. Pagaban los impuestos por el edificio en donde vivían y en donde también daban sus clases.
Hace años que eran Marco y Lorabella los profesores de latín, matemáticas, pintura todo lo que necesitaran.
Ahora corrían hacia una casa donde se exponían unas pinturas de Boticelli. Los niños los adoraban y no tenían problemas con nadie. Hacia tiempo que nadie los buscaba ya, aunque Lorabella había bajado la guardia, él no lo podía hacer, seguía protegiéndola y amándola cada día mas.

02 Eternamente Prohibido

9/12/13









Capitulo 3.

- ¿Qué es lo que quieres? -preguntó intentando no acurrucarse contra su cuerpo - Pensaba que querías un poco de soledad...

+ No quiero estar solo+ dijo cortando lo que ella estaba diciendo + No ahora... ¿Cuanto tiempo ha pasado desde que me castigaron? +

Hubo un gran silencio cuando Semyazza pregunto cuanto tiempo pasó como constelación, ella lo sabia y podía entender porque lo preguntaba.

+Por favor Lorael... Dime cuanto+ ella suspiró, cerró la puerta y luego sus ojos por unos segundos, luego se dio la vuelta hacia él y acarició sus mejillas. Semyazza se fijo en que su mirada se reflejaba la tristeza acumulada por muchos años.
- Ha pasado ya setenta generaciones Sem... Setenta y siete mil años - sonrió amargamente y cerró los ojos intentando contener las lágrimas como siempre había hecho durante tanto tiempo.

Semyazza se dio cuenta, en ese momento de algo, el único ángel que había sufrido por su perdida y el único que le había extrañado fue el que se encontraba entre sus brazos.

+Tanto tiempo sufriendo por mi cuando me lo he estado mereciendo... + dijo en voz alta sorprendiéndoles a los dos + No quise darme cuenta de que sentías algo por mi + se inclinó un poco sobre ella y rozó sus labios en una leve caricia. + Lo siento tanto por ti Lorael... + dejó por fin un suave beso en los labios de ella cerrando los ojos y apretando su cuerpo contra el propio.

Lorael aun no se podía creer que él recordara su nombre, en ese tiempo que habían pasado juntos desde que había ido a buscarle no le había dicho su nombre, porque suponía que todos los ángeles se conocen y son como hermanos. Pero se sorprendió mucho mas cuando dijo que lo sentía por ella y la besó después de tantos años deseándolo y teniendo miedo de ser castigada por un amor que para ella era puro y sincero.
Siempre se había sentido vacía, como si le faltara algo; el amor de él y tal vez la lujuria, la pasión y el placer que vio con esas mujeres, había tenido que reprimir la envidia que sentía crecer en su interior.

Ahora podía dejarse llevar por esa lujuria, pero tenia miedo de ser atrapados tan temprano tenían que esconderse bien lejos, pero aun no sabia a donde podían ir si sus hermanos mayores, los arcángeles, lo podían ver todo. Deseaba que estuvieran mas pendientes de otras cosas mas importantes, que prestarle atención a un ángel de tan bajo rango como era él, pero estaba con alguien que si les importaba y mas cuando se dieran cuenta de que había desaparecido de su lugar. Tal vez fuera mejor disfrutar ahora que podía que moverse de donde estaban y desaprovechar el momento que tenían en aquel momento.

Se apartó rompiendo el beso y le miró con una tímida sonrisa. Volvió a acariciar las mejillas de él, bajo por su cuello y enredó sus dedos entre los mechones de cabello dorado.

- Vamos a la cama... - dijo intentando que no notara el miedo que cada vez mas se apoderaba de su cuerpo.
Quería hacerlo con quien amaba aunque estaba segura que él no correspondía a sus sentimientos.





Capitulo 4.

No tengas miedo + al ver que ella dio un respingo sonrió levemente + puedo verlo en tus ojos, no creo que aquí nos encuentren, estamos lejos de donde caí, además no dejamos rastro para que nos encuentren fácilmente + sonrió acariciando ahora las mejillas de ella.

Estaba teniendo sentimientos por ella pero sabia que estaban comenzando a conocerse un poco mas porque se conocían poco. La tomó de la mano y la llevó hasta el camastro, quitó la túnica de seda de ella con cuidado y luego se quitó la suya propia, estaba rasgada pero a ninguno de los dos le importaba.

Semyazza miró el cuerpo femenino que tenia delante de él, era hermoso, deseable y estaba seguro que también era cálido y suave. Llevó las manos al cuerpo de ella y acarició sus costados, subió hasta sus pechos. Notaba su peso y la suavidad de estos, se inclinó sobre ella y lamió con cuidado uno de los pezones, lo metió en su boca y seccionó varias veces antes de soltarlo e ir al otro haciendo lo mismo. Escuchaba los jadeos de ella por lo que se animó un poco mas a seguir con lo que estaba haciendo.

Lorael se dejó caer en el camastro quedando sentada y abrió las piernas para él que se dejó caer de rodillas entre sus piernas, notando el suelo de madera. Adoró su cuerpo como el bello ángel que era, fijo su mirada en la poca mata de bello que tenia sobre su monte y vio que ella abría un poco mas las piernas y se acostaba para estar mas cómoda. Lamió sus propios labios y cuando se acerco hasta ella comenzando a besar sus muslos hasta llegar a su ingle.

Su centro estaba dulce, suave y húmedo cuando pasó varias veces su lengua. Los gemidos de ella eran bajos y suaves, como si los reprimiera por miedo a que alguien los encontraran por sus ruidos.
Su propio pene erecto pulsaba dolorido por entrar en ella, y notar su calidez, pero tenia que prepararla para él y que no le doliera.

Ella pronto llegó al clímax gracias a las succiones, lamidas y mordiscos que dejaba en su botón de placer. El cuerpo de Lorael temblaba con las réplicas del placer acumulado, la puso mejor en la cama para luego acomodarse sobre su cuerpo. Semyazza besó los labios de ella y luego de nuevo sus pechos. La miró por unos segundos, apoyando sus manos a cada lado de la cabeza de ella.

No estaba seguro de seguir, por lo que la miró a los ojos esperando ver algo que le hiciera detener aquello.
Vio como le dedicaba una sonrisa y lo cogió de los hombros acomodándose de bajo de su cuerpo, pasó las piernas por la cintura de él sintiendo su pene enhiesto rozar contra la humedad de ella. Ahora, Semyazza estaba seguro de que tenia que seguir. Por lo que la fue penetrando poco a poco, sintiendo como ella comenzaba a estirarse a su paso. Calidez lo recibió haciendo que cerrara los ojos deteniéndose por unos instantes para que ella se relajara para él un poco mas.

Bajó sobre el cuerpo de ella besando sus labios de nuevo, rozando pecho contra pecho y fue penetrándola suavemente hasta notar esa barrera impidiendo que siguiera, pero ella arañó su espalda.

- Sigue, lo necesito - susurró contra su hombro - te necesito - abrazó su cuerpo y se movió para que siguiera.

Y siguió entrando y saliendo de ella de manera cada vez mas rítmica, hundiéndose en ella hasta el fondo, mientras los dos se sentían completos en secreto. Sus gemidos suaves se confundían con los sonidos de la naturaleza que los rodeaban, estaban perdidos si les encontraban, pero al menos estaba valiendo la pena hacer aquello, asumirían los dos juntos el castigo que les pusieran sin rebelarse. Porque se amaban. 

01 Eternamente Prohibido

7/12/13

Esta historia es el principio de la relación de Lorabella y Semyazza, el nombre original de Lorabella es Lorael, y su avatar está caracterizado por Miles McMillan, Semyazza por Travis Fimmel y Lorabella por Famke Janssen. Espero que les guste, estos son el prólogo y los dos primeros capítulos. 
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Eternamente Prohibido 




Andariel Morrigan 




Prólogo


« En el principio de los tiempos, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso.
Tuvieron que aprender a sobrevivir por sí mismos.
Vivieron por muchos años, engendraron muchos vástagos. Pero lo que no dice la Biblia es que antes de Eva, Adán tuvo dos esposas.
Lilit, la mas conocida, fue ella misma quien se fue del Edén por su propio pie y Naamah quien mucho tiempo después sedujo a Semyazza líder de los Grigori o Los Vigilantes.
Es aquí donde comienza muestra historia»


Ver la caída de los Grigori no era una alegría para Sariel. No podía creer que esos ángeles pudieran traicionar a dios para fornicar con mujeres, las hijas de Adán y Eva.
Lorael estaba a su lado, pendiente del Diluvio que había causado la muerte de los hijos de los caídos y la desaparición de estos mismos.
Los siete lideres quedaron suspendidos entre el cielo y la tierra, en forma de constelaciones, iban a quedarse allí por milenios, castigados por pecar.

Lorael había seguido desde muy de cerca a los Grigori, suplicado a Semyazza y a Azazel a que no sucumbieran ante las mujeres; pero todo fue en vano, no pudo hacer nada más que esperar a que el tiempo en la tierra pasara, guardando su amor en secreto, esperando el momento a poder ir él mismo a la tierra a reunirse con Semyazza, escondidos de los ojos angelicales, reduciendo su poder espiritual al de un humano y disfrutando al lado de su amor.

Pero para que todo saliera bien, tenia que ser paciente y observador, tenia tiempo de sobra para que su plan funcionara.







Capitulo 1.

Lorael se encontraba dando un paseo en lo que quedaba del Jardín del Edén, observando desde allí la tierra, la cual había evolucionado desde que pasó el diluvio.

Millones de años pasaron ya.

Era de noche cuando miro hacia el cielo estrellado y vio lo que esperaba desde hacía mucho tiempo; la constelación de Orión cayendo a la tierra. Sonrió ante lo que significaba aquello, Semyazza estaba de regreso y él iba a ir a buscarle.

Se acercó al borde del jardín y miró hacia abajo, buscando el lugar exacto al que dirigirse. Miró por última vez al cielo y se dejó caer esperando aterrizar lo más cerca posible de Semyazza.

Ocultó y protegió su cuerpo con las enormes alas plateadas, deseaba que aquello saliera bien, que los dejaran disfrutar al menos por un tiempo.
Dejarse caer fue fácil, lo difícil era el aterrizaje, no sufría por los daños de las alas, pues podían regenerarse. Temía caer lejos o despertar tarde y que él ya no estuviera allí, incluso tenia miedo de que no le reconociera o simplemente le rechazara.

El impacto fue tan fuerte que hizo un cráter en la tierra, sus alas quedaron abiertas y magulladas. Tardó unos minutos en despertarse por el impacto, quedó sentado en la tierra y tuvo que guardar sus alas con algo de dificultad.
Cuando terminó de recuperarse se puso en pie y comenzó a correr hacia la dirección que recordaba cuando vio el medio aterrizaje del Grigori.


«Vamos, despierta, se acerca un ángel. Saben que has caído y vienen a buscarte. Despierta maldito, despierta» Su cabeza trabajaba sin parar pero su cuerpo no reaccionaba a las ordenes mentales, eso le estaba frustrando sobremanera. Le dolía el cuerpo demasiado, estaba convencido de que aquel ángel llegaría antes de que pudiera mover siquiera un dedo del pie.

Por alguna razón le resultaba familiar su esencia que parecía que iba disminuyendo mientras se acercaba a donde se encontraba él. Lo que no sabia era que sólo les separaban unos metros.

- Oh, no... - susurró Lorael al ver tal agujero que había formado la caída del cuerpo del ángel.
Fue acercándose al centro para ver mejor como se encontraba y las posibles heridas que tendría que curar, no podía usar magia así que tendría que buscar un lugar donde poder curarle.

No te preocupes... Yo cuidare de ti - sonrió levemente al ver que al menos tenia los ojos abiertos.
Se agachó cerca de él y apartó los mechones de cabello de su rostro, por suerte para Lorael, Semyazza había caído boca arriba. Se movió a su lado de rodillas examinando minuciosamente su cuerpo en busca de heridas graves, pero suspiró aliviado de sólo encontrar rasguños.

- Encontraremos un lugar para esconderte, arriba no saben que has caído. Al menos de momento. - sonrió volviendo a mirar su rostro y se puso a buscar algún golpe en la cabeza, aunque tendría que haberlo mirado desde un principio.




Capitulo 2.

Lorael se sentó al lado del camastro donde había dejado a Semyazza. Por suerte para los dos habían encontrado una cabaña entre todo el bosque. Había estado observando los avances del cuerpo de él, sus heridas estaban sanando bien y podía hablar, ahora sólo quedaba cambiar su cuerpo al de una mujer humana.

Semyazza aun no podía creer que después de que rechazara hacer a lo que dijo Lorael sobre no ir con las mujeres humanas, el ángel acudiera a su ayuda y estuviera cuidando de sus heridas. Recordaba poco haber coincidido mucho cuando los dos estaban en el cielo, lo que recordaba eran sus ojos negros esa mirada que a veces le daba cuando se encontraban de casualidad.

Ahora la seguía viendo; preocupación, tristeza, miedo y amor. Dejó de mirarle para mirar ahora hacia el techo de madera y poco después cerró los ojos.
Estaba confundido, no entendía porque se ponía en peligro por él, se extrañaba que aún después de toda la noche, nadie había ido a buscarles.

Notó un destello de luz fuerte pese a tener los ojos cerrados y cuando los abrió vio que Lorael había cambiado de apariencia al de una mujer por lo que frunció el ceño con mas confusión que antes.

+ ¿Porque has cambiado de apariencia? + preguntó quedando ligeramente sentado mirando fijamente el cuerpo de mujer que había escogido, no sabia cual de los dos le gustaba mas, pero si tuvo claro que lo hizo para que no le reconocieran y pensaran que era una simple humana porque su esencia había disminuido hasta quedar en una humana. + No hace falta que te preocupes por mi tanto, te hice daño en el pasado y no me merezco que seas tan compasivo conmigo. + vio como alzaba las cejas en su dirección y negaba con la cabeza.

- ¿Crees que me gustó que no me hicieras ni caso? La verdad es que merecías lo que te pasó. - cruzó los brazos y volvió a sentarse a su lado - Me parece curioso que te dejaras caer aquí abajo de esa manera. -dejó escapar media risa, su voz era suave como la de una mujer y seguían hablando el idioma de los ángeles aunque podrían usar el de los humanos pero no lo necesitaban.

+ Y puedo saber ¿porque estás interesado en mi? Te estas poniendo en peligro por intentar protegerme. + Semyazza vio que encogía los hombros con un gesto despreocupado, cosa que lo confundió mas.
- Compasión angelical... Estupidez... Atracción - sonrió levemente y miro hacia la ventana donde comenzaba a hacerse de mañana. - Tendrías que observar mas tu alrededor. Te sorprenderás. - se levantó y miro por la ventana -Iré a explorar por el bosque a ver que es lo que hay a nuestro alrededor.

Caminó hacia la puerta, la abrió un poco y miro hacia afuera dispuesto a salir como había dicho.

+ Espera, quédate y sigue hablando, podrías distraerme mas. + terminó por quedar sentado y luego se levantó acercándose a ella. + Por favor + susurró abrazando su cuerpo por la cintura. 

Nata y Chocolate

6/11/13

Relato corto homoerótico vampírico


Johann es Cat Casino
                             Michael es Michael Vampire









Los personajes son de Trinity Blood


Había hecho la compra por la tarde, después de que se fuera el sol. Sólo necesitaba mucha nata y mucho chocolate para lo que quería hacer, también compre dos botellas de V para la cena. Ahora sólo faltaba que llegara mi pequeño Johann para lo que tenía pensado.
Él decía que iba a venir para la cena y así lo esperaba.

Y así, a las nueve sonó el timbre. Sonreí mostrando mis colmillos y fui a abrir la puerta; allí estaba él con su ropa negra y su piercing en el centro del labio inferior, ellos escondían una condenada lengua con otro piercing que hacía que me retorciera en la cama.

    - Espero no haber llegado tarde. - sonrió haciendo que soltara un buen gruñido mientras le cogía por la cintura y lo estrechaba entre mis brazos para besarle.
Sus brazos rodearon mi cuello y comenzó a empujarme hacia adentro para poder cerrar la puerta.
  • Estás ya duro Mich – susurra después de separarse de mis labios y sonrió. - creo que puedo hacerme una idea de tu plan de esta noche. -lame mis labios mientras sigo gruñendo.
  • Tú me pones duro Johann, tú y tu sabrosa boca. - contesto apretando sus nalgas enguantadas con cuero mientras él reía.
  • Entonces...¿Has comprado V? - se separó de mi cuerpo pero me cogió de la mano para ir hacia la cocina.
Allí nos esperaban las dos botellas de sangre V para calentar al microondas. Mientras se calentaba volví a concentrarme en su cuerpo, metí las manos dentro de su camiseta negra y acaricie su vientre subiendo por su torso.
Besaba y mordía su cuello, cogí el borde de la camiseta y tiré hacia arriba para quitarla, la dejé caer al suelo, luego él quitó la mía.
Cuando las botellas estuvieron listas, cogí los dos vasos que usábamos y serví la sangre. Bebimos unos tragos y fuimos hacia la habitación, entre besos sangrientos.

La habitación estaba decorada con velas aromáticas encendidas, en la mesilla nos esperaban los botes de chocolate y nata.

Dejé las dos botellas en la cómoda y regresé a besar sus labios. Llevé las manos a su pantalón y lo abrí notando como él hacía lo mismo con los míos.
Se separó de mis labios bajando por mi cuello hacia mis pezones; los mordisqueó y chupó hasta dejarlos duros, bajó un poco más por mi cuerpo hasta llegar al pantalón y lo bajó dejando libre mi pene erecto. Lamió la punta terminando de bajar el pantalón, di unos pasos y vi como apartaba más la tela arrugada y se acomodaba para trabajar en mi dureza.
Jadeé con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, su piercing rozando mi eje volviéndome loco del deseo por él.

  • Basta, tengo unas cosas para ti, mi amor – sonreí acariciando sus mejillas viendo sus labios hinchados. Lo ayudé a levantarse y terminé por desnudarle. - A la cama, precioso. - dejé un beso en los labios y le di un azote en su trasero cuando fue hacia la enorme cama.
Lo seguí y me subí a ella. Estiré sus brazos hacia arriba y a los lados atando sus muñecas en las esposas que habían en el cabezal. Lamí sus labios estirando un brazo hacia la mesilla para coger el chocolate.
Unté dos dedos en el líquido marrón para luego pasarlos por sus labios, su lengua salió a atrapar el chocolate y antes de que terminara lo besé de nuevo. Me senté a horcajadas en su vientre notando su miembro entre mis nalgas y sonreí dejando caer un poco de chocolate en sus pezones, segundos después los chupé dejándolos bien duros.

Me acomodé entre sus piernas que quedaron bien abiertas, con un poco de telequinesis alcé el bote de spray de la nata y al cogerlo con la mano libre esparcí los dos alimentos encima de su miembro semi-erecto, los moví de regreso a la mesilla y me dediqué a lamer su miembro.

Poco a poco fue endureciéndose, sus gemidos y jadeos sonaban por toda la habitación. Fui hacia su ano lamiendo su entrada mientras lo masturbaba un poco.
-Mich... Te necesito- suplicó entre jadeos.
Me aparté de él para acomodar mejor su cuerpo en la cama, luego con un poco de lubricante mojé mi miembro y fui entrando en su interior. Mordisqueé su cuello y labios, solté sus muñecas y él aprovechó para abrazarme tanto con sus brazos como con sus piernas haciendo que entrara más en él.

Comencé a moverme dentro suyo, estaba tan estrecho pese a que lo había dilatado mil veces para mi miembro que igualmente me volvía loco, estaba también caliente.
Su dureza quedaba entre nuestros cuerpos por lo que hacía fricción masturbandole, nuestros gemidos se entremezclaban con nuestros gemidos. Hacía días que no nos acostábamos porque me había tenido que ir a hacer unos trabajos en Europa, iba a aprovechar el momento.
Aumenté la velocidad más rápido y duro. Hasta que los dos llegamos a la vez al clímax. Definitivamente iba a ser una noche muy larga.

Para ti. Para todos

8/4/13



Leer algo que piensas que no puede dolerte, 
y sin embargo te duele más de lo que puedes llegar a soportar.

Lloraría, pero es absurdo hacerlo por alguien que no merece la pena, 
por esa persona a la que no le importas 
y que ni siquiera sabe de tu existencia.


Pese a todo eso,
 no puedo dejar de sentir ese fuerte dolor en el pecho,
 sólo de imaginar que no estarás ahí. 
Por más que lo intente no puedo dejar de buscarte entre las sombras 
aún sabiendo que estás con otro 
y no me harás caso.

Basta de este insufrible dolor.
Ya no más, ya no serás nada para mi, 
más que un simple borrón en mi vida.
Cuando te des cuenta de que lo que has hecho está mal... 
No estaré esperándote.

Para ti, para todos. 

Primera cita - Undertaker y Grell

18/1/13



Imagen: Undertaker y Grell Sutcliff - Kuroshitsuji
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Había cedido a las interminables peticiones de Grell en tener una cita conmigo.
El pobre necesitaba algo de atención. William le ignoraba y Sebastian lo trataba demasiado mal, para mi gusto.
No podía entender porque Grell no dejaba ya de molestarles. De vez en cuando le veía suspirando en la biblioteca mientras él ponía bien los libros y yo me llevaba unos cuantos.

Quedamos en el jardín, cerca de un ventanal y ya entrada la noche, me había puesto... Bueno, había dejado de lado mi vestimenta habitual. Lucía un esmoquin negro, con una camisa blanca, una corbata roja, porque a él le gustaba el rojo. Me quede apoyado en la pared con los ojos cerrados mientras le esperaba.

Esperaba que llegara de manera escandalosa, como siempre solía hacer cuando se dejaba ver en todos los lados del mundo. Pero aquella vez fue diferente. Me di cuenta de que estaba allí cuando una brisa llegó a mi nariz, su colonia llego hasta donde estaba haciendo que abriera los ojos y me girara para verle.

Se había recogido su rojo cabello en una coleta, y se había puesto bien la gabardina que un día fue de Angelina. Tenía las mejillas sonrojadas y parecía que emanaba cierta timidez de él. Me había quedado bien sorprendido por como había llegado, silencioso como un gato.

Le dediqué una sonrisa y me acerqué a él haciendo aparecer un ramo de rosas rojas. Los tacones que llevaba resonaban por aquel pasillo. Le tendí el ramo aun con una sonrisa esperando que lo aceptara.
Hice una inclinación en forma de agradecimiento cuando por fin decidió quedarse con el ramo de rosas. Terminé por acortar la distancia que nos separaba y pasé mis manos por su cintura atrapando su cuerpo. Mi mirada era algo intensa, ninguno de los dos había abierto la boca para decir algo. Comenzaba a preocuparme Grell por lo que terminé en besar sus labios, notando como su cuerpo se estremecía entre mis brazos. Esa era la reacción que esperaba, pero sin embargo terminó por pegar su rostro en mi pecho y llorando. Cerré los ojos y comencé a acariciar su cabeza para calmarlo.

Podía comprender aquel dolor que tenía en su pecho, siempre estaba observando de lejos sus movimientos estrafalarios, una máscara ocultaba el dolor que sentía porque ninguna de las personas que amaba le prestaba la atención que él se merecía. Mi mano recorrió su cabeza hasta llegar a su barbilla haciendo que alzara la cabeza para que me mirara. Limpié sus lágrimas y terminé inclinándome para dejar un suave beso en sus labios, esperando así calmar su espíritu.

Cuando sonrió levemente le tome la mano para dar un paseo hasta su habitación, sabía como llegar, sabía como calmar su alma y como llegar hasta él para que dejara de lado las ganas terribles que tenía de conquistar a Sebastian y a William, sabía a la perfección que Grell amaba intensamente a William, con Sebastian solo era ganas de batallar con alguien, pese a que un día casi termina muerto si no hubiera intervenido William.

Abrí la puerta de su habitación sin pedirle permiso, tiré de él y lo empujé hacia dentro. Lo arrojé a la cama y lo dejé allí para quitarme la chaqueta y la corbata, dejé abierta un poco la camisa blanca y me subí a la cama quedando encima suyo pero sin tocar su cuerpo. Mi mano fue al coletero dejando suelto su rojizo cabello.

Esperaba que después de esta noche cambiara de opinión y dejara de buscar lo que yo le había ofrecido... Durante toda la noche sin descanso.


Trinity Blood - 5 -

2/1/13





Belleza de la noche oscura. Por Michael.

Aquel chico parecía un perrito abandonado, más que un vampiro, había algo en él que me decía que tenía que protegerlo porque había sufrido mucho en su vida. Parecía que fuera mayor que yo, pero él era el niño perdido que necesita protección. Cuando lo abracé en el rellano fue una confirmación de todo lo que había estado pensando desde que lo vi en el parque sentado en aquel columpio, tenía un olor muy agradable.

Al llegar a mi apartamento se movió lo justo para dejar la chaqueta y dejarme ver su trasero, se sonrojó haciendo que sonriera, definitivamente era un vampiro peculiar. Me quite la chaqueta y la bufanda, iba en manga corta ya que en el apartamento había dejado puesta la calefacción, así que podían verse los tatuajes que tenía. Me acerque para dejar en el perchero la ropa y luego volví a tomar su mano. “Ven no voy a hacerte nada malo”, susurre tirando levemente de él, con una sonrisa y con aquella mirada salvaje que decían mis amigas que tenía. Pasamos al salón y me quedé mirando esta tenía muy poca cosa que enseñar u ofrecerle, éramos vampiros, poca cosa nos hacía falta en la vida.

Siéntate aquí, tengo un poco de sangre por si quieres, mas bien tienes cara de necesitarla” Acaricié su mejilla con la mano libre, tenía la piel muy suave, su mano apretó la mía haciendo que se me fueran las ganas de irme unos segundos a la cocina que estaba cerca, ahora parecía lejos. Tiré de su mano para que su cuerpo chocara contra el mio, le abracé y seguí mirándole fijamente, esperando a que me empujara o diera alguna señal para saber que aquello no le gustaba; pareció simplemente que se dejaba hacer, sin decir una palabra fuera de lugar, mirándome fijamente.

Me acerque un poco a su rostro tentando el terreno, un roce de mi nariz en la suya, mi aliento golpeando sus labios, pero me aparté para ver de nuevo su rostro. No parecía tener miedo, como tampoco querer huir, besé su frente, su mejilla derecha y luego un leve roce en sus labios. Nada, ninguna señal que me hiciera pensar que debía parar, por lo que aproveché la oportunidad que me estaba dando en aquel momento, para besar sus labios algo suave pero salvaje. Fue un beso corto pero intenso de esos que te hacían desear más, lamí sus labios con una sonrisa, cogí su mano y tiré de él para ir a mi habitación.

Mi habitación no era nada del otro mundo, solo cabía mencionar que las paredes estaban empapeladas con posters de grupos de música rock, metal… Puse la luz a medida, para crear un poco de ambiente, las cortinas estaban cerradas para cuando saliera el sol, bueno, más bien no las abría casi nunca si no tenía un día de sexo con alguien. Vi como se comenzó a quitar la ropa haciendo que lamiera un poco mis labios sin quitarle los ojos de encima. “Si no quieres hacer esto no te veas en la obligación.” Él me miró con media sonrisa, por lo que tuve que ladear la cabeza. “Hago esto porque lo necesito”, respondió él sin más, tirando la camisa al suelo dejando ver su piel blanca; mordí mi labio inferior y comencé a quitarme también la ropa sin apartar los ojos de él.

Quedamos en calzoncillos al mismo tiempo, el suelo no se notaba frío ya que le había puesto moqueta, solo para disimular frente a mis presas. Di unos pasos hacia él, que hizo lo mismo, se puso a acariciar mi pecho, subiendo por mis hombros hasta quedar colgado de mi cuello.

Mis manos acariciaron su cintura antes de abrazarle. Esta vez fue él quien me besó, lo atraje más hacia mi cuerpo para sentir su piel. El beso fue algo mas largo, atreviéndose incluso en colar su lengua en mi boca donde pareció que comenzamos a combatir por quien dominaba a la otra. Sin darme cuenta terminamos en la cama, yo encima de su cuerpo, sin separar nuestras bocas, mis manos no dejaban de acariciar su piel, las suyas hacían lo mismo con la mía.

Terminé por quitarle el calzoncillo dejándolo caer al suelo. Mis labios fueron recorriendo cada parte de su cuerpo dejando besos o mordiscos, escuchaba sus jadeos eran como música para mi. Por donde pasaba mi boca, mi cabello acariciaba su piel, era suave, me daban ganas de acariciar su cuerpo toda la noche, pero mi intención era excitarlo, tenerlo para mí, en mi cama durante lo que quedaba de día, y tenerlo un poco más al día siguiente hasta el atardecer, donde los dos pudiéramos despedirnos bien.

Me quedé entre sus piernas con una sonrisa, donde acaricie sus muslos y piernas. Lamí un poco mis labios, para con mis manos tomar su miembro comenzando a dejar cortas lamidas ya que quería ver las reacciones en su rostro, estaba seguro que nadie le daba un buen sexo desde hacía años.

***

Como predije fue una noche genial, perdí la cuenta de cuantos orgasmos tuvimos los dos, al final de la noche caímos rendidos. Lo peor fue el despertar, él no estaba cuando yo lo hice, no había ni rastro de él, solo quedaban indicios de que no fue un sueño porque las sábanas seguían manchadas. Ninguna nota de despedida, ningún perdona, nada por el estilo. Me preguntaba qué era lo que había hecho mal para que se fuera huyendo. Pero lo que me sorprendió más fue no saber a que hora se había ido, solo esperaba que no se quemara… Bueno, ciertamente no sabía nada de él, no podía ser que el chico fuera un miembro de ese famoso clan de vampiros qué podían salir a la luz, siempre había pensado que eran leyendas o meros rumores de vampiros aburridos.

Salí a cazar después de arreglar la cama y de ducharme. Necesitaba encontrar a alguien que me sacara a Johan de la cabeza, pero temía no encontrar a nadie a la altura de aquel precioso vampiro que había tenido en mi cama. Era una verdadera lástima. Le necesitaba de nuevo, quería conocer mejor al chico, quería llegar a amarle y sacarlo de ese pozo de soledad en el que me pareció que se encontraba, pidiendo a gritos silenciosos que alguien lo sacara de él. Johan era el chico vampiro con el que había estado soñando por años, aquella extraña mujer que me decía que había un vampiro que necesitaba de mi ayuda. Ahora estaba seguro que se refería a él.

Trinity Blood - 4 -




Un cuento de hadas que comienza en navidad. Por Johan Lightman.

Era navidad pero hacía ya tiempo que en casa no celebrábamos nada, pues no había nada que celebrar. Bueno, no celebrábamos ningún tipo de fiesta en casa; hacía tiempo que perdimos ese entusiasmo. Ahora me encontraba en el sótano donde estaba Andrei en su letargo, salía poco del sótano o de la mansión. Amelia insistió en comprar una con muchas habitaciones pese a que fuéramos pocos, tenía la esperanza de que algún día se llenara de más gente o invitados.

Subí las escaleras entrando en la cocina estaba todo muy silencioso, no estaban en casa, por lo que aproveché en subir a mi habitación y darme una buena ducha. Cuando salí seco y desnudo, abrí el armario para buscar algo que ponerme, yo también iba a salir. Me puse un bóxer de color negro, calcetines negros, unos jeans desgastados y ajustados, una camiseta interior, una camiseta normal y un jersey todo negro, no me gustaba tener nada en color, pero si camisetas con estampados de logos de grupos de música. Cogí un abrigo marrón oscuro con gorra que llevaba una especie de pelusilla que abrigaba. Me lo puse caminando por el pasillo, cerré bien la cremallera y cuando estuve en la puerta de la entrada estaba nevando por lo que cogí mi paraguas negro y salí a fuera cerrando la puerta.

Me fue bien ir paseando hasta la ciudad, nuestra mansión estaba algo alejada de las calles comunes. Era media tarde pero parecía que no había nadie por la nieve que caía, yo la verdad es que no me importaba mucho que no hubiera gente, así me ahorraba las miradas que caían sobre mi. Termine por llegar a un parque para niños con columpios, me acerque a uno de ellos, aparté la nieve y me senté, como el paraguas no cabía muy bien lo cerré y me puse el gorro, igual parecía que ya había dejado de nevar.

Al comenzar a mover un poco el columpio alcé la mirada del suelo nevado al notar a otro vampiro cerca. Estaba en la entrada y parecía mirarme fijamente por lo que ladee la cabeza tenía un aire salvaje que hacía que se me calentara el cuerpo aunque estuviera falto de sangre. Ni siquiera me había dado cuenta de que había oscurecido, tal vez por eso se me había quedado mirando, no tenía ni idea. Suspire cerrando los ojos y volví a mirar hacia la nieve y moviendo el columpio conmigo. Al alzar la mirada para verle de nuevo esta vez vi que había terminado delante de mí pero lo justo para vernos bien. Me levanté de un salto algo sonrojado, era un juego para niños por lo que se suponía que yo no tenía porqué estar sentado en él.

Seguí mirándole fijamente ya que ninguno de los dos parecía tener la intención de hablar primero, por lo que suspire de nuevo. El calor pareció subir un poco mas, parecía como si tenerlo mas cerca provocaba aquello, pero no sabía muy bien del porqué, era una cosa extraña. Moví mis ojos en su figura, quería verle mejor. Cabello largo hasta los hombros, un poco ondulado y negro. Sus ojos eran morrones casi negros, iba abrigado para parecer humano, su ropa igual era negra como la mía, estilo roquero. Mordí mi labio inferior moviendo un poco el piercing que tenía en el centro de este. El vampiro desconocido parecía que tuviera ganas de tener sexo, me daba la impresión de que yo sería la cena. Sonreí de lado aun sin atreverme a hablar, hacía años que no hablaba con desconocidos, al igual que con las chicas de casa.

¿Quieres venir a mi casa? Pareces perdido.” Al escuchar su voz todo mi cuerpo tembló por un escalofrío. Tenía que dejar de hacer eso, no era bueno. Vi que había tendido su mano hacia mí por lo que terminé por fruncir levemente el ceño, no sabía muy bien si sería bueno para mí ir con un desconocido a su casa. Pero sin darme cuenta me vi tomando su mano aceptado ir con él, no necesitaba hablar mucho, pues no lo veía muy necesario. Pero volvió a invadirme un calor por todo el cuerpo desde su mano, le mire frunciendo el ceño levemente, entre medio de la bufanda podía verle un tatuaje que me pareció una calavera en el pecho y unas letras, sonreí levemente, “¿Vamos?”, susurre y él comenzó a caminar por lo que con el paragua en la mano me puse a caminar con él.

No se me ocurría muy bien qué podía decir mientras íbamos a su casa, pero él tampoco parecía muy dispuesto a hablar. Le miraba de vez en cuando de reojo descubriendo que me miraba también, apartaba la mirada de él hacia otro lado intentando no sonrojarme, ni siquiera ninguno de los dos había dejado la mano del otro es más él la apretaba como para asegurarse de que seguía allí y luego lo aflojaba como si me dijera que me podía ir si quería pero le devolvía el apretón sin saber muy bien el motivo.

Mi nombre es Michael”, murmuró parando por lo que también lo hice y nos quedamos mirando, él esperaba que hablara pero se me había ido el santo al cielo con mirar sus ojos. “Johan…”, logré responder con algo de dificultad, sonrió y se giró a lo que me pareció que era una puerta; ya habíamos llegado y ni me di cuenta. Me había dejado la mano para abrir mejor la puerta, haciendo que por unos momentos me sintiera desprotegido del mundo.

Al girarse de nuevo hacia mi vi que parecía preocupado y me tomo de nuevo la mano suspirando y cerrando los ojos. ¿Qué había sido aquello? ¿También necesitaba mi presencia o qué? Entre después de él que se quedó aguantando la puerta dejando mi mano de nuevo. Me quede mirando el rellano de espaldas a él pero lo note moverse detrás de mí hasta que me abrazó por la espalda. Mi cuerpo se tensó en un segundo y apretando los dientes, pero mi cuerpo se aflojó al notar unas caricias suaves en mi vientre, ladee la cabeza para verle, tenía los ojos cerrados pero con una sonrisa cálida. Hacía tiempo que nadie me sonreía así, ningún chico, ni tan solo Nox cuando fuimos pareja.

Abrió los ojos de golpe a la vez que se apartaba de mí, cerré los ojos un poco aliviado por aquello pero a los pocos segundos lo necesité de nuevo cerca. “Bien es en la segunda planta, vamos.” Me tomo la mano y pronto me puse a seguirle sin decir de nuevo nada. Me preguntaba en qué estaría pensando al abrazarme. Comenzaba a preguntarme qué me esperaría al cruzar la puerta de su apartamento; ¿más abrazos? ¿Besos?... Tenía que dejar de divagar en esas cosas, pero en el fondo quería que de verdad lo hiciera. Pero no esperaba que fuera ese chico que un día dijo Hela que llegaría a mí, ese chico salvaje necesitaba a alguien a su altura, no alguien como yo que no salía de su casa y que hablaba con una estatua que era su padre.

Lamí mis labios sin darme cuenta mientras miraba su trasero fijamente, aquellos pantalones eran demasiado ajustados como para no llamar la atención de uno. Cuando llegamos volvió a abrir la puerta entrando primero, pasé sin decir nada, lo justo para que pudiera cerrar la puerta, quedando de nuevo de espaldas.

Me quité el abrigo dejándolo en el perchero que había allí junto con el paraguas, me giré y lo sorprendí mirando también mi trasero. Sonreí levemente sin saber que más hacer, seguía con aquella mirada salvaje, tal vez necesitaba que lo domesticaran un poco.

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